Descripción
Osvaldo González Real, prologuista de la obra, advierte que , aunque la autora haya dicho que la escribió para su nieta, con temblores de abuela, eso solo es un pretexto para que su desbordante imaginación se manifieste como un inmenso tapiz donde Nila López despoliega su propia historia de mujer y artísta. «en una visión de la realidad compuesta de fragmentos y retazos de una vida vivida con pasión de madres, de hiya y, finalmente, de abuela».