Descripción
«La poesía existencial de Mónica Laneri, nos recuerda el dictum de Heidegger cuando dice que los seres humanos «son arrojados al mundo, a la intemperie, sobre la nada». En efecto,la situación de los personajes, en estos versos, es extrema y tienen que lidiar con la angustia y el absurdo que los rodea. La filosofía Nihilista (ya anunciada por Nietzsche) aflora en este mundo alienado en que nos toca vivir. Estamos siempre al borde de un abismo, rodeados de incertidumbres, sin futuro ni esperanzas. Al enfrentarse al vacio, «al sinsentido» de la vida cotidiana, la autora apela a paliativos y sucedáneos: pequeños momentos de felicidad que nos embriagan o apasionan y nos ayudan a «ir tirando» por los caminos escabrosos de las ciudades y las esquinas del tedio. No hay «razones siquiátricas» que nos consuelen o justifiquen, debemos enfrentar la realidad con las armas del amor, la ternura o la solidaridad hacia los humillados por la injusticia.
Finalmente Mónica se define en un poema que dice. «soy tantas cosas/y no soy ninguna/ soy una doble negación/que se afirma mientras niega». En fin, «Dios ha muerto» (Así habló Zaratustra) y sólo nos queda la poesía, hasta que llegue la hora del orgasmo.