Descripción
La obra de Chiquita Barreto abarca lo mágico y lo cotidiano, lo dulce y lo turbio (al decir de Esteban Cabañas). Lo que nos toca de cerca – en espacio y en tiempo – y lo remoto. La serpiente que tentó a Eva en el Edén es la misma que el kuriju del pantano.
Jasyjatere convive con seres de la mitologia griega, con personajes bíblicos. Están en el mismo plano una niña que perdió un amigo por culpa de un clavo herrumbrado en el talón y Antigona. La escritora tiene esta capacidad de hacernos ver y sentir la unidad del universo, el vinculo a través del tiempo, la conexión en nuestro destino humano. Cualquiera de nosotras es Eva, Calìope , Antigona.
Empero, el mayor arte de Chiquita – en mi opinión – reside en ver y sacar a relucir esto que alguien llamó «la belleza colateral», que es la belleza existente aun en las circunstancias más trágicas y que no siempre vemos, cegados por el dolor o desilusión. Ella sí detecta esta belleza y nos la hace ver en sus poemas y en este libro que nos entrega hoy. Y porque podemos ver – gracias a ella- esta «belleza colateral» no lloramos durante la lectura del texto Vagabundeo, inspirado en su nieto con síndrome de Angelman a quien está dedicada la obra.
Por Krystyna Pisera.